sábado, 7 de mayo de 2011

Thomas Addison

Thomas Addison (1793-1860) fue un personaje notable de la clínica en Inglaterra. Junto a Richard Bright y Thomas Hodgkin formó el célebre triunvirato del Hospital Guy de Londres, árbitro de la medicina londinense al iniciarse la era victoriana alrededor de 1837.
Addison sobresalió en la investigación ganando enorme prestigio y algunos consideran que el nacimiento de la endocrinología debe situarse el 15 de marzo de 1849 cuando el eminente galeno presentó en la South London Medical Society, el relato del cuadro mórbido consecutivo a la destrucción de las cápsulas suprarrenales. Addison ganó fama por su contracción al trabajo hospitalario y dotes de semiólogo excepcional remedando la genialidad de Joseph Skoda, el distinguido miembro de la Escuela de Viena. Dotado de grandes conocimientos, polemizó con califi-cados oponentes y brilló siempre en la disputa ofreciendo pruebas contundentes de un auténtico saber, logrado con esfuerzo sostenido y tenacidad. Siempre desarrolló sus tareas en forma metódica y mente clara consiguiendo en todo caso, la admiración de los círculos más calificados de Londres. Addison difundió en 1855 sus conclusiones sobre lesiones suprarrenales, contenidas en el fascículo de cuarenta páginas titulado “On the Constitutional and Local Effects of The Supra-Renal Capsules”, adjudicando como síntomas capitales de la destrucción glandular, desarreglos gastroentéricos, adinamia, la pigmentación de piel y mucosa, uniendo a estas características la marcada debilidad circulatoria, anemia y enfl aquecimiento llamativo. Addison trabajó varios años con Richard Bright y en ese período obtuvo una sólida cultura científica componiendo con este insigne médico una obra denominada “Elements of the Practice of Medicine” de la cual se publicó un solo tomo que ofrece curiosamente una espléndida reseña de la inflamación vermiforme, muchos años antes de que se divulgara el vocablo apendicitis y la obra de Reginald H. Fitz (“Perforating Inflammation of the Vermiform Appendix, with Special Reference to its Early Diagnosis and Treat-ment”), que arrojó muchas luces sobre la patología del apéndice cecal.
No sería ocioso mencionar aquí que son memorables las indagaciones de Bright sobre patología renal, donde condensa con lucidez proverbial estudios referentes al examen clínico y necróptico de los enfermos hidrópicos. También los escritos de Bright están llenos de novedades, pues menciona la atrofia amarilla aguda del hígado, la esteatorrea pancreática, las convulsiones epilépticas localizadas y el denominado estado linfático. Igualmente se deben a Bright las citas primigenias de la pigmentación melánica del cerebro, de la condensación pulmonar en la tos ferina, los ruidos pulmonares de la corea y la presencia de equinococos en los quistes hidatídicos. Cuando la reina Victoria ascendió al trono de Inglaterra, en 1837, nombró a Bright Physician Extraordinary en reconocimiento de su incansable laboriosidad. Vale la pena recordar también que otro miembro del grupo que actuó en el Hospital Guy, Thomas Hodgkin, realizó valiosas pesquisas sobre linfogranulomatosis (enfermedad de Hodgkin) y la insuficiencia aórtica.
En general los especialistas reconocen que en las formas crónicas de los addisonianos es regla la aparición de perturbaciones psicológicas acompañadas de desórdenes neurológicos. El psiquiatra suizo Werner Stoll, también observó en los pacientes extrema debilidad muscular con alteraciones del sueño y la memoria. Con frecuencia, el mal de Addison conduce a crisis esquizofrénica y a las alucinaciones. Cabe agregar que los tratamientos prolongados con cortisona debilitan los músculos provocando a menudo infecciones cutáneas, obesidad y desmineralización de los huesos. Los médicos americanos y suizos admiten que la cortisona actúa como droga alucinatoria y por eso algunos la denominan “opio de los ricos”.
 

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